El liderazgo en el deporte: inspirando más allá de la competencia.

El liderazgo en el deporte: inspirando más allá de la competencia.

Lcda. Johanna Sotillo.

El deporte significa mucho más que una competencia física; este es sinónimo de disciplina, constancia, pasión, y superación personal diariamente. Es por esto, que detrás de cada victoria e incluso después de cada fracaso, existe algo en común: el liderazgo. En cualquier pista, gimnasio, sala o cancha, un buen líder inspira, motiva, guía y construye a una persona que trasciende mas allá de una medalla o de un marcador final.

Todo entrenador, gerente, capitán o dirigente posee habilidades, cualidades y conocimientos para guiar y motivar a los demás a lograr sus objetivos. Como muestra, el liderazgo es una combinación de visión, influencia y habilidad de transformar ideas para guiar e inspirar a otros a otros a alcanzar resultados específicos (Maxwell, 1999).

 

Es por esto, que el liderazgo es fundamental para gestionar cambios, influir en el desarrollo organizacional de cada sistema, equipo o academia deportiva, igualmente, el líder es primordial para desarrollar talento, motivar a los miembros del equipo, solventar conflictos y tomar decisiones estratégicas, analizando situaciones y evaluando opciones para el éxito y sostenibilidad de la organización y/o equipo. Sin embargo, el liderazgo posee distintas variantes o estilos de liderazgo para el empleo de mejores estrategias dependiendo de la situación o contexto en el que se este. Por ende, nos preguntamos, ¿cual es el mejor estilo de liderazgo a ser implementado? y ¿en qué situación debo utilizarlo?. El estilo de liderazgo, se escoge y se adapta en concordancia con el entorno, grupo o individuo con el que se desee trabajar (Rowe, 2007).

 

En cuanto al liderazgo autoritario, el líder posee la autoridad máxima y toma el control del grupo sobre todas las decisiones y actividades a realizarse, limitando la participación de los miembros del equipo. Determina todas las tareas, premia la obediencia de sus subordinados  y castiga los errores, pudiendo impactar negativamente en la moral y la creatividad a largo plazo (Lewin, Lippitt, & White, 1939). También, un liderazgo que comparte similitudes con el mencionado anteriormente, es el líder burocrático; quien se basa en la obediencia a reglas normativas y el parentesco a determinados ejes de autoridad, es decir, más que ser un líder es un jefe (Añazco, Valdivieso, y Sánchez, 2018). Ambos líderes determinan lo que sus seguidores son capaces de realizar, limitando su creatividad e ingenio.

 

Por el contrario, el estilo de liderazgo democrático involucra al equipo en el proceso de toma de decisiones, fomenta un ambiente de comunicación abierta, valora cada contribución y proporciona retroalimentación a sus miembros. Tiene como característica principal el reconocimiento del buen desempeño, delega responsabilidad y permite que los miembros del equipo estén comprometidos y se sientan valorados al contribuir con la academia. Es así, como los que conforman el equipo se sienten más motivados, y puede surgir en este entorno de igual forma un líder carismático, quien inspira, impulsa y ejerce una influencia poderosa sobre sus seguidores, contando experiencias y vivencias que desarrollen la empatía y una profunda conexión emocional con los mismos, ganando su lealtad y compromiso para con el equipo.

 

En cuanto a los estilos de liderazgo situacional, transaccional y transformacional; cada uno tiene su lugar y puede ser en parte efectivo dependiendo del contexto, ya que el primero muestra flexibilidad en el estilo de liderazgo según la situación y el desarrollo del equipo. El segundo se basa en recompensas y sanciones para gestionar el desempeño de los miembros. Y el último, esta enfocado en inspirar y motivar a los seguidores para lograr cambios significativos y alcanzar una visión ambiciosa. Por otra parte, el liderazgo formal proporciona estructura, dirección y control. Este, posee una autoridad reconocida dentro de la organización, lo cual sustenta la legitimidad del líder. De esta forma, los líderes formales tienden a presentar autoridad para la toma de decisiones. Por otro lado, el líder informal facilita la colaboración, motivación e influencia la dinámica del equipo. Ambos tipos de liderazgo en un entorno adecuado, potenciaría la cohesión del equipo, la eficiencia operativa y el éxito organizacional en general.

 

Al mismo tiempo, se debe mencionar el líder Laissez-Faire, que son quienes adoptan un enfoque donde no intervienen, delegan la toma de decisiones y quienes los siguen ofreciendo muy poco apoyo o dirección (Rowe, 2007) Finalmente, existen también dos estilos de liderazgo muy importantes como: el liderazgo orientado a las personas, que tiene un enfoque en el bienestar y satisfacción de los miembros del equipo, proporciona apoyo emocional,y promueve la participación a través de la inclusión y el reconocimiento. En cambio, el liderazgo orientado a las tareas, se preocupa por alcanzar los resultados, estableciendo normas claras, definiendo roles y supervisando el cumplimiento de de los objetivos planteados (Blake, Mouton, 1964).

 

En efecto, según Maxwell (1999), ¨un líder es alguien que sabe hacia dónde va, puede atraer a las personas hacia ese destino, y tiene la habilidad de guíarlas a través de los desafíos que se presenten en el camino¨. Es por esto, que todo líder se caracteriza por poseer ciertos rasgos descritos por Miguel D (1995), como lo son:

  1. Nivel elevado de responsabilidad
  2. Originalidad en la resolución de problemas
  3. Inteligencia
  4. Tolerancia a la frustración
  5. Habilidad para influir.
  6. Autoconfianza
  7. Iniciativa
  8. Capacidad para hacerse cargo de las tensiones interpersonales.
  9. Persistencia en la consecución de objetivos
  10. Dominio
  11. Adaptación
  12. Extraversión
  13. Sensibilidad interpersonal
  14. Conservadurismo

Ahora bien, en un mundo deportivo mas competitivo, la figura del lider se ha transformado en un pilar fundamental para alcanzar el éxito. Entonces, el liderazgo deportivo no solo crea campeones; crea personas preparadas para enfrentar cualquier reto mediante esas cualidades, rasgos y caracteristicas que hemos mencionado anteriormente. Sin embargo, nos podemos preguntar ¿qué es mejor?, ¿ser un líder eficaz o un líder eficiente?. La eficacia es la capacidad que posee una persona para alcanzar un objetivo en concreto, sin darle importancia a los medios o recursos empleados para eso. En cambio, la eficiencia se refiere a la capacidad de lograr esos mismos resultados pero empleando los mejores medios posibles (Raffino, 2021)

 

Por tanto, el liderazgo eficaz en el deporte se refiere a la capacidad de un líder, como un entrenador, capitán o dirigente, de influir positivamente en su equipo o en los atletas, motivándolos a alcanzar su máximo rendimiento tanto individual como colectivamente. Se caracteriza por la combinación de habilidades técnicas y emocionales que permiten guiar, motivar y gestionar a un grupo de deportistas hacia la consecución de metas comunes. Por otro lado, el liderazgo eficiente en el deporte se enfoca en la optimización de recursos para alcanzar los objetivos de manera efectiva y con el mínimo desperdicio de tiempo, esfuerzo y energía posible. A diferencia del liderazgo eficaz, que se centra en el logro de resultados, el liderazgo eficiente pone énfasis en la productividad y el uso racional de los medios disponibles para llegar a esos resultados.

En conclusión, mientras que el liderazgo eficaz se enfoca en ganar competencias, mejorar el rendimiento, el liderazgo eficiente se enfoca en cómo alcanzar esos resultados, utilizando los recursos de la manera más productiva posible y con un enfoque en la sostenibilidad a largo plazo.

Referencia Bibliográficas.

  • Añazco, K. A., Valdivieso, R. P., y Sánchez, Ó. W. (2018). Los estilos de liderazgo y su efecto en la satisfacción laboral. INNOVA Research Journal, 3(10), 142–148.
  • Blake, R. R., & Mouton, J. S. (1964). The Managerial Grid: The Key to Leadership Excellence. Houston: Gulf Publishing Company.
  • Lewin, K., Lippitt, R., & White, R. K. (1939). Patterns of aggressive behavior in experimentally created social climates. Journal of Social Psychology, 10(2), 271-299.
  • Maxwell, J. C. (1999). El lado positivo del fracaso. Grupo Nelson.
  • Miguel, D (1995). El liderazgo y la capacidad de influir. En G. Novel, M. T. Lluch & M. D. Miguel (coords.), Enfermeria psicosocial y salud mental. 279-289. Masson.
  • Raffino, Equipo editorial, Etecé (20 de mayo de 2024). Eficacia. Enciclopedia Concepto. https://concepto.de/eficacia/
  • Rowe, W. G. (2007). Cases in Leadership. Sage Publications.

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